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miércoles, 30 de junio de 2010

Un aperitivo

Chinese Democracy se publicó hace casi dos años. Axl Rose pasó muchos años preparando este disco (No sé si mi querida Teletusa va a tardar lo mismo en poner la segunda parte de su historia, aunque no me importa esperar si el resultado va a ser tan bueno).

Los fans como yo, estábamos deseando tener el disco en nuestra manos.
He leído que la crítica es bastante buena.
A mí, me ha gustado bastante, a pesar de echar de menos a Slash y otros.
Me quedo con estas dos canciones del disco, como aperitivo de la gira que los traerá por estas tierras en octubre y que espero que me quite la espinita de no haberlos podido ver en el '92.





jueves, 10 de junio de 2010

Elegía

Cuando la leí por primera vez me costó contener las lágrimas, seguramente, porque mientras la leía, me sentí completamente identificada con los sentimientos del poeta ante la muerte de su amigo.

En un día especial como hoy, necesito leerla y compartirla.

ELEGÍA

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como

del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano

de la tierra que ocupas y estercolas,

compañero del alma, tan temprano.


Alimentando lluvias, caracolas

y órganos mi dolor sin instrumento,

a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.

Tanto dolor se agrupa en mi costado,

que por doler me duele hasta el aliento.


Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,

un empujó brutal te ha derribado.


No hay extensión más grande que mi herida,

lloro mi desventura y sus conjuntos

y siento más tu muerte que mi vida.


Ando sobre rastrojos de difuntos,

y sin calor de nadie y sin consuelo

voy de mi corazón a mis asuntos.


Temprano levantó la muerte el vuelo,

temprano madrugó la madrugada,

temprano estás rodando por el suelo.


No perdono a la muerte enamorada,

no perdono a la vida desatenta,

no perdono a la tierra ni a la nada.


En mis manos levanto una tormenta

de piedras, rayos y hachas estridentes

sedienta de catástrofes y hambrienta.


Quiero escarbar la tierra con los dientes,

quiero apartar la tierra parte a parte

a dentelladas secas y calientes.


Quiero minar la tierra hasta encontrarte

y besarte la noble calavera

y desamordazarte y regresarte.


Volverás a mi huerto y a mi higuera:

por los altos andamios de las flores

pajareará tu alma colmenera


de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas

de los enamorados labradores.


Alegrarás la sombra de mis cejas,

y tu sangre se irán a cada lado

disputando tu novia y las abejas.


Tu corazón, ya terciopelo ajado,

llama a un campo de almendras espumosas

mi avariciosa voz de enamorado.


A las aladas almas de las rosas

del almentdro de nata te requiero,

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero.


MIGUEL HERNÁNDEZ

(10 de enero de 1936).