La técnica de caza comienza con una sigilosa aproximación a la presa, el felino adopta entonces la característica postura de acecho, con las orejas hacia abajo y las extremidades flexionadas, con los músculos en tensión, entonces se sucede un sigiloso acercamiento a la posible captura, seguido de una acometida sobre la misma, en la que se recorre el espacio que aún quede entre la presa y el predador, que si tiene éxito, la acometida acaba con la sujeción de la presa, que es llevada a acabo por las potentes garras del felino, y el mordisco en el cuello, que acaba con la asfixia de su víctima (Seidensticker, 1991).
Aunque esta técnica de caza, es prácticamente la misma en todas las especies de felinos, existen modificaciones en ella, que dependen de las características de la especie de felino que se trate (tamaño, peso, comportamiento, etc.), el hábitat que ocupe, (selva, sabana, etc.), y el tipo de presa que se encuentre en su área de distribución, (abundancia de la misma, tamaño, etc.).
El otro día fui testigo directo, o mejor dicho, víctima, de uno de estos ataques, del que afortunadamente, pude escapar ilesa.
En una zona apenas explorada por mí, sin darme cuenta, invadí el territorio de una manada de leonas en celo. Que yo fuera acompañada de “mi macho” no impidió que sintieran amenazado su espacio. Poco a poco, nos vimos rodeados de los miembros de la manada, que nos lanzaban sus miradas amenazantes, especialmente a mí, mientras sacaban pecho (creo que bastante artificial, por cierto) y se contoneaban de forma exagerada.
En esa situación de peligro, decidí emprender la huída hacia otra zona del local. Así, en la distancia, parece que se relajaron un poco, aunque de vez en cuando me lanzaban miradas que parecían decir: - Cuidado, estás en nuestro territorio.
Al rato, recibo el siguiente mensaje en mi móvil de un amigo que se lo hubiera pasado en grande en ese lugar (él hubiese sido presa fácil): “Si ves que Melchor se mete en tu cama y empieza a desnudarse, dile que lo que pediste fue un VOLVO”.
Le respondo: - “Depende de cómo esté Melchor”
Me responde: -Sabía tu respuesta, ji ji.