Bienvenidas y bienvenidos a LAS COLUMNAS DE HÉRCULES

Si estás interesada o interesado en realizar alguna aportación al blog, sólo tienes que enviárnosla través de un e-mail a:

lascolumnasdehercules@gmail.com

lunes, 15 de diciembre de 2008

Paranoias y obsesiones múltiples

Viernes, 7:55 de la mañana.

Hoy me espera un día movido en el trabajo, pero haciendo lo que verdaderamente me gusta. Está lloviendo. Pero hoy es viernes…

Salgo del aparcamiento (con una gran pendiente), en dirección a San Pablo y noto como el coche patina un poco, pero es normal, está lloviendo.

¡Hoy es viernes por fin! Pongo la música a tope.

En la carretera que une Tesorillo con el cruce de Jimena-Castellar, veo cómo se me va acercando un Peugeot blanco a bastante velocidad. No me puede adelantar, ya que la carretera tiene muchas curvas, y sigue detrás de mí un buen rato. Tras llegar al cruce, ambos nos dirigimos hacia Jimena.

Alcanzamos a otro vehículo que circulaba a muy baja velocidad, al que me era imposible adelantar ya que o había curvas, o venían coches de frente. Así que me dije: - Ten paciencia, no hay prisa.

Entonces, me parece ver cómo el conductor del Peugeot me hace ráfagas. La primera vez, pienso que habrá cogido un bache y ha dado esa sensación. Posteriormente, esto se vuelve a repetir en varias ocasiones.

¿Qué le pasa a este tío? Yo no pienso adelantar; si quiere, que me adelante él. Aunque, a lo mejor, es producto de mi imaginación (mis neuronas tardan más que yo en despertarse).

Entonces, me adelanta. Cuando se pone a mi altura, disminuye la velocidad y me hace gestos con la mano.

Yo me quedo un poco flipada y pongo cara de no saber qué me está diciendo. Miro la ropa que llevo y me doy cuenta que no llevo escote ni nada parecido. ¿Qué querrá?

Lo pierdo de vista, pero al llegar a la siguiente recta, me encuentro el Peugeot fuera de la carretera y a su conductor haciéndome gestos para que me pare.

En ese momento tengo que reconocer que me acojoné un poco.

- ¿Qué querrá? ¿Será un psicópata? Yo no me paro. Bueno, el chaval tiene cara de buena gente. ¿Qué hago? Bueno, si me paro un momento y dejo el coche en marcha, puedo salir corriendo si intenta hacerme algo.

Cuando me paro me dice:

- Llevas una rueda pinchada y bastante vacía. Te estaba avisando, porque podrías haberte salido de la carretera en la próxima curva.

Yo me puse roja y le dije: - ¡Muchas gracias! No entendía lo que me estabas diciendo.

- Ya, me lo he imaginado, por eso he parado. Siento no poder ayudarte porque llego tarde al trabajo.

- No te preocupes, ya me busco la vida. Muchas gracias. No sé en qué iba pensando para no haberme dado cuenta…

En esta sociedad, en la que cada uno de nosotros/as vamos a lo nuestro y con prisas, este chico se empeñó en avisarme una vez tras otra. Si no llega a ser por él, a saber cómo habríamos acabado mi coche y yo. Yo podría haberme convertido en la nueva "chica de la curva".

Posiblemente, ya salí de casa con la rueda pinchada, pero como he dicho antes, por la mañana mis neuronas no están al 100%.

Y bueno, lo que vino después…Prefiero no recordarlo. Me voy a plantear seriamente aprender a cambiar una rueda yo sola.

Ahora, cuando cojo el coche, me pongo a mirar cómo están las ruedas, a comprobar si noto algo raro… Más que una paranoia, esto es una nueva obsesión que añadir a mi colección.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto en mis tiempos no pasaba, por que las mujeres no conducian, yo proibiría que conducieran las mujeres.

Nick Gandano dijo...

No sé exactamente por dónde van los tiros del post pero creo entender que tiene algo que ver con la desconfianza que nos toca en los últimos tiempos.

Creo que algo parecido me ha pasado alguna vez. Alguien quiere ayudarte (o tu mismo quieres ayudar a alguien) pero ya no nos fiamos. Antes que nada pensamos que nos van a robar o hacer algo malo cuando a lo mejor la intención es bien distinta.

Tantas películas de terror y violencia...

Esteban dijo...

Mistholobo yo creo que más que por las películas son por las notícias.
Astarté la próxima vez que nos veamos te enseño a cambiar una rueda, o mejor llamamos a Aznariano y que te enseñe el a cambiarla.

Teletusa dijo...

LO que viene después es muy bueno, espero que te decidas a escribir la segunda parte, algún día...

Me alegro que aún queden personas como este chico...

Anónimo dijo...

Guapa a ti lo que te hace falta es un Machobara!!!!! Para que te cambie las ruedas y lo que haga falta.

Astarté dijo...

Aznariano, me alegro de volver a verte. Me resultan muy cómicas tus intervenciones.

Mihstolobo, escribí esto por varios motivos:

Uno de ellos es agradecer a este chico su interés e insistencia en ayudarme. Lo que pasa que últimamente estoy un poco pesada dando las gracias a todo el mundo y quería hacerlo de forma distinta.

No sé si será por las películas de miedo (aunque yo procuro evitarlas) o los programas de sucesos (que evito más aún) pero creo que, en general, existe una gran desconfianza hacia los y las demás, al menos, por mi parte, que pueden desembocar en situaciones como la que he contado: alguien te intenta ayudar, y tú sientes miedo.

Y por último, es una demostración de que sigues siendo “persona” con virtudes y defectos, independientemente de tu profesión: hay herreros con cuchara de palo, psicólogos y psicólogas con ansiedad, actores porno con “gatillazos”…

Teletusa, no veo conveniente contar la segunda parte de la historia. Creo que ya es suficiente con mis paranoias y obsesiones. Si os la cuento, vais a acabar con estrés postraumático… ¡Jaja! Por cierto, espero que a ti no te haya afectado oírla.

Esteban, te tomo la palabra. No sabes lo que te ha caído encima…

Esteban dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Teletusa dijo...

Jajjaa

NO te preocupes, no me ha afectado, seguiré siendo la misma...

Anónimo dijo...

hola chicas no veas lo fuerte que esta el machobara para decir que el nos prohibiria el conducir , donde habrá salido este cromañon?
chias este os quiere cambiar hasta el aceite , jajjaja
chaito ada