Bienvenidas y bienvenidos a LAS COLUMNAS DE HÉRCULES

Si estás interesada o interesado en realizar alguna aportación al blog, sólo tienes que enviárnosla través de un e-mail a:

lascolumnasdehercules@gmail.com

lunes, 3 de agosto de 2009

Demasiado

Ya ha llegado el momento. El momento que tanto he evitado por una parte y que tanto necesito por otra. Es como si estuviera en deuda contigo.

Ha sido demasiado fuerte. ¡DEMASIADO! Dicen que las desgracias nunca vienen solas, pero perderos a los dos, con 50 días de diferencia… Nos habéis dejado con el alma rota de dolor. Como dijo tu mujer: “los dos tenían que estar juntos para todo, hasta para irse”.

Te he visto tan pocas veces, tengo tan pocos recuerdos tuyos… Sólo de ese niño guapísimo que veía en la playa y del que me decían que era mi primo. La última vez que nos vimos, cuando despedimos a nuestro primo, si tú no me hubieses hablado, no te hubiera conocido. Y, casualidades de la vida, tu madre, a la que he conocido tan poco, me contó cosas sobre ti: lo preocupada que siempre la has tenido, el gran corazón que tenías y lo maravillosos que son tu niña y tu niño. Una pena que, además del sufrimiento, tenga que oír ciertas cosas en este mundo de dicotomías, en el que el gris es inexistente para muchos. Por lo menos, le has dejado dos razones para seguir viviendo.

Yo siempre estuve fuera, pero con mis hermanos la cosa fue distinta, afortunadamente. Ellos me contaron cómo les comentabas el tiempo que hacía que no me veías y, por lo que ellos te contaban, cómo decías que era la única de la familia que “se salvaba”. No te creas, los genes están ahí.

Seguramente, si hubiésemos tenido más contacto, te hubiese echado la bronca una vez tras otra por las cosas que sabemos. Lo siento, pero hay cosas que no me puedo callar. Ser así es mi mayor defecto y mi mayor virtud, depende quien y cómo lo mire.

El otro día, un amigo al que adoro y que no sabía que éramos primos, me comentaba que eras un tío valiente, que dabas la cara por tus amigos y por otros, que no lo eran tanto, en el momento que te necesitaban, sin pensar en las consecuencias… y seguramente, eso de no pensar en las consecuencias fue lo que te perdió.

Y me he dado cuenta de que, a pesar de lo que digan los que no te conocen de nada, fuiste sembrando cariño entre los que te rodeaban. Tus amigos, que eran muchos, estaban destrozados y te acompañaron hasta el último segundo. Nunca he visto una despedida así.

Paradojas de la vida, he pensado más tiempo en ti en el último mes y medio que en toda mi vida. Y no os puedo sacar de mi cabeza a ninguno de los dos, aunque aún no me lo crea, o quizás sea precisamente por eso.

3 comentarios:

Mnemósine dijo...

lO SIENTO MUCHO. Perder a alguien siempre es duro...pero como dices hay dos razones para seguir. Poco mas puedo decirte...quedate con lo bonito q hayas vivido con ellos xq como dice mi madre..."lo bueno y lo malo una vez ha pasado es todo igual" asi q mejor quedarse con lo bueno. ANIMO.

Astarté dijo...

Gracias.

Las madres casi nunca se equivocan en los consejos que nos dan.

Teletusa dijo...

¡Qué bonito Asarté!

Estoy segura de que tus primos estaban orgullosos de la "ovejita negra" de la familia...

Un beso mai fren...