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martes, 22 de septiembre de 2009

De ruta por España II. Segunda jornada: Guadalupe

Para esta segunda jornada, habíamos planeado ir a Guadalupe, Trujillo, atravesar el parque natural de Monfragüe y ver algunos pueblos de Cáceres y Salamanca (Hervás, Béjar…) para acabar en la capital de esta última provincia.

Nos llevó mucho tiempo planear el itinerario y la agenda del día, pero finalmente, y como suele ocurrir, no pudimos cumplirlo.


Guadalupe se encuentra a algo más de dos horas de Cáceres, en la sierra del mismo nombre. El monasterio de este pequeño pueblo también es Patrimonio de la Humanidad.
Su historia está ligada al descubrimiento del Nuevo Mundo.



Para llegar hasta allí, hay que pasar por Trujillo. Teníamos pensado llegar hasta Guadalupe y a la vuelta ver Trujillo. Sin embargo, una vez allí, el “amabilísimo” personal, cerró las puertas del monasterio 20 minutos antes de lo previsto, volviéndolas a abrir dos horas y media después. Debido a esto nos surgió el dilema de qué hacer…. Nos equivocamos, desde luego. Si hubiésemos visto antes Trujillo, no hubiese habido problema. De esta manera, después de tanta carretera, decidimos quedarnos, de manera, que ver Trujillo fue imposible, si queríamos llegar a Salamanca a una hora razonable.


Allí, en Guadalupe, volvimos a pasar un calor insoportable. No se notaba que estábamos en la sierra.

En la comida probamos otros productos típicos de la zona: morcilla de Guadalupe (muy acorde con la temperatura) y zorongollo, parecido a una ensalada de pimientos asados, pero según nos comentaron, los pimientos se dejan macerar en el jugo de tomates asados. Para probar las migas, no tuvimos el valor suficiente…
Yo también comí un dulce, cuyo nombre no recuerdo, que me resultó bastante parecido a nuestro piñonate.

De esta zona, también es típico el vino de pitarra.

Haciendo tiempo, entramos en la basílica y pudimos observar la virgen, que es una de estas imágenes antiquísimas, de color negro, que algunos historiadores asocian a diosas paganas, posteriormente asimiladas por el cristianismo.



Del monasterio sorprende, especialmente su claustro mudéjar. Dentro se encuentran numerosos tesoros, libros (de bolsillo, je, je) y reliquias, aunque personalmente, tampoco fue para tanto...


3 comentarios:

Esteban dijo...

Pues a mi las migas me encantan, las fotos geniales.

Sandra dijo...

¡Qué bonito! Hace años estuve en Guadalupe y me encantó.Tus fotos me traen buenos recuerdos, casi lo había olvidado. Disfruta del viaje :)

Astarté dijo...

Gracias a los dos.

Esteban, a mí también me gustan las migas. Lo único que a 40 grados de temperatura no se me apetecen mucho, je, je.